Valeria Vegas, directora y guionista de ‘Súper Sara’.

Valeria Vegas, directora y guionista de ‘Súper Sara’.

Bluper

Valeria Vegas presenta ‘Súper Sara’: “Sara Montiel era la antecesora de ‘Muchachada Nui’ en el humor manchego”

Max estrena el 13 de junio una serie documental que gira alrededor de la cantante y actriz, comenzando su historia por sus últimos años.

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El germen de este documental fue el hecho de que no existiera este documental, porque yo siempre digo que hago cosas que son las que yo quiero ver como espectadora, lo que a mí me gustaría ver”. Así de sincera se muestra Valeria Vegas con BLUPER ante el estreno de Súper Sara, la nueva serie documental de Max, que se estrena este 13 de junio, y que gira alrededor de Sara Montiel durante tres episodios.

Vegas, como directora y guionista, se adentra por primera vez en un documental sobre una figura muy conocida, de trayectoria pública y notable, a diferencia de otras producciones con su firma, que giraron alrededor de Susana Estrada o Nadiuska.

De hecho, reconoce que desde la productora Lavinia le preguntaron si de Sara no se ha contado ya todo. “A lo mejor sí, a lo mejor no, a lo mejor depende cómo lo cuentes”, fue su respuesta. Y pronto formó un gran equipo de testimonios de amigos y admiradores de Sara, a los que luego se añadió también material inédito, con grabaciones domésticas.

“Sara no está olvidada, Sara siempre fue una superestrella, pero sí creo que en los últimos años de Sara fueron muy injustos con ella, y esa injusticia creo que todavía perdura para mucha gente”, lamenta Valeria.

Se tiene una idea equivocada o difusa, y no solo hablo del público más joven, sino del mayor, que se quedó en sus últimos diez años, y no entran a reconocer el mérito a la Montiel”, insiste la directora de Súper Sara.

Imagen promocional de 'Súper Sara'.

Imagen promocional de 'Súper Sara'.

Pregunta: El documental eh adentrándonos en esa última Sara, entre comillas, más corazonera, y empezamos a echar la la vista atrás. ¿Por qué decidiste empezar por esa etapa tan particular?

Valeria Vegas: Lo de empezar así, para mí era como romper por no hacer el mismo el típico orden cronológico de empezar en Campo de Criptana. Audiovisualmente es muy agradecido poder jugar con estos bloques. Es el qué recordamos todo el mundo de Sara, los últimos años, es lo que te viene a la mente.

P: Hablamos de unos últimos años dolorosos para ella, en los que coleccionó descalificaciones.

V. V.: Al buscar cómo la trataban, yo no recordaba palabras tan exactas de qué decían de ella, solo el recuerdo de que se pasaban un poco. De que había cierto edadismo cuando no lo llamábamos edadismo. Y cuando ves el documental dices: “Ostras, es que es verdad que se pasaban mucho con ella”.

Empezar por ese final era un poco una manera chocante, de empezar y de hacer una reflexión todos. De decir: “ostras, ¿cómo éramos?”. O, afortunadamente, quizás, como hemos cambiado. Ahora, ella se lo pasaba bien por suerte, es que si no Sara Montiel se hubiera quitado la vida, si no llega a ser divertida y que todo se la resbalase.

Esa televisión se veía muchísimo, las audiencias eran el triple de ahora, porque no había plataformas, lo que se veía era la televisión. Y que por la tarde, o por la noche, en los programas, te estén diciendo, “Sara salió sin pintar, no se asusten”. “Uy, no te pongas transparente porque estás gorda”. “Esas uñas parecen de Freddy Krueger”. “Yo a mi madre no la dejaría salir así”. Cuando lo juntas dices, esto más esto, en redes, ya lo llamamos acoso”.

Sara Montiel, en una imagen de archivo.

Sara Montiel, en una imagen de archivo.

P: Pero en ese final también supo reírse de los medios, con sus peleas con Marujita...

V. V.: Las peleas con Marujita, dentro de la vida de Sara, es anecdótico, porque fueron tres veces. Las recordamos porque sabemos que era muy divertido, y se nota que están de guasa, y al final son dos amigas. Lo que nos mola imaginarnos es el antes y el después. “Oye, Antonia, ¿hacemos algo para la semana que viene?”. “Venga, Maru”. “¿Tú cuánto vas a cobrar?”. “Pues yo esto”. “Ah, pues yo me voy a ir y lo mismo...”.

Pero ahí Sara dominaba relato, controlaba lo que quería. Pero iba a Tómbola, y le decían cualquier cosa, como “eres una payasa embustera”. Y hay un momento que decía ella, “¿este agua lleva algo, se puede beber”, dando por hecho que la querían envenenar y se reía. “Uy, qué mentirosa soy, es que soy tan mentirosa”. Desde dentro, los ataques los estaba manejándolo. El problema me parece a mí que es cuando no estaba ella delante, y la gente se crecía.

P: Me viene a la cabeza cuando en Aquí hay tomate le preguntaron si su hija estaba embarazada al verla con más peso, y ella estalló.

V. V.: En el Tomate se dieron cuenta de que era rentable cabrear a Sara. Porque Sara entraba al trapo, reaccionaba, se molestaba. Pero son faltas de respeto que a lo mejor no harían a otras personas.

En el documental se ven descalificaciones a Sara de Jorge Javier, contra el que no tengo nada y me cae muy bien, o Karmele, Teresa Berenguer, Josep Sandoval. Y era la televisión que se hacía y lo veíamos normal. Esto no consiste en ponerles nombre, sino decir ¿qué se decía? Y esto lo consumíamos y lo veíamos normal, y ahora 20 años después choca.

P: Una de las cosas que se ponen en relieve en el documental es las ganas que Sara tuvo toda la vida de ser madre y cómo eso marcó su personalidad a todos los a todos los niveles.

V. V. : Totalmente, y yo entiendo por lo que cuentan algunos testimonios, y porque aplicamos la lógica de los personajes, dentro de la vida social, pública y de corazón cumples 30 y no eres madre. Cumples 40 y no eres madre. Además, se lo preguntan, tiras de hemeroteca y siempre era: “Oye, ¿cuándo tendrás una Sarita?”.

“¿Y cuándo serás madre, te has casado y para cuándo un hijo?”. Y sabemos que el mundo, no la prensa en sí, el mundo, incluso los espectadores, esperan el relato completo. Triunfas, te casas, tienes hijos, después esos hijos te harán abuela, hacen la comunión, todo el relato.

Y el relato de Sara pasaban los años y se quedaba como congelado ahí. Y entiendo que esto le generaría bastante frustración porque se veía siempre preguntada y cuestionada. Y si ella iba acumulando todos estos abortos entiendo que le fuera una situación frustrante.

Y, de pronto, cuando ya tiene su vida sentada, ha encontrado el amor de su vida, ya está en otro punto de su carrera, con 50 años, que podría tumbarse a la bartola, diga: “como no hay manera, vamos a adoptar”. Me parece muy bonito, dentro de su historia, sobre todo en un momento en el que no habían adoptado todavía ni Rocío Jurado, ni La Pantoja, ni Angelina, no era moderno adoptar.

Sara Montiel, en una de sus películas.

Sara Montiel, en una de sus películas.

P: ¿Hasta qué punto Sara Montiel fue consciente de que su fantasía, la forma en la que ella relataba ciertas historias, eh podían jugar en su contra?

V. V.: Sus historias son también parte de Sara Montiel, como lo es el puro. Que ella mantuviese siempre la misma línea y que todo fuera grandilocuente es la marca Montiel. Y creo que debemos estar muy agradecidos de que Sara fuera tan Sara, y de que Sara acudiese a Esta noche cruzamos el Mississippi, a los programas de Buenafuente, que entrase a caballo con la Trinca, que se pusiera una media en la cabeza en Lo más plus.

Esto no te lo hacían las demás, es que esto no te lo hacían Rocío Jurado, ni Carmen Sevilla, que te hacían otras cosas, pero no las de Sara.

P: Es necesaria una vida de Sara Montiel, pero que muestren las historias tal como ella las contaba, como la del accidente de avión con Jackie Kennedy…

V. V.: La verdadera película o serie de Sara, si la hacen, tiene que ser la ficción de la ficción. Esas historias que nunca sabemos cuánto tienen de verdad y cuánto tienen de mentira. Pero realmente ahí está sus fotos con James Dean, con Hitchcock, con Elizabeth Taylor. Sara era su propia guionista.

Sara tiene algo algo muy muy chulo que pocos personajes han podido hacer en España que es generar tu propio mito. Antonia sabía muy bien construir a Sara Montiel.

P: En los 90 llegó a decir que en una operación le habían quitado las orejas y puesto en una bandeja…

V. V.: Boris Izaguirre nos lo contaba en la en la entrevista, aunque no está montado, que se lo contaba ella a Lucía Bosé, y Lucía estaba escandalizada. Y hay un Tómbola en el que dice: “con la piel que me ha sobrado, os he traído estos regalos”, y les da unas carteras Que eso es ser una genia, porque ella venía a hablar de que se había hecho un lifting.

Tenía cosas surrealistas, pero eran los mundos de Sara, que eran un poco Muchachada Nui, o sea, Sara es la antecesora de Muchachada Nui en ese humor manchego, en el que todo es posible, en esa locura.

P: Personalmente, ¿cuál es tu momento o tu historia favorita de Sara?

V. V.: Por un lado me gusta mucho el hecho de que se venga de Hollywood, que haga un impasse para hacer una película con muy poco presupuesto, por la que nadie da un duro, que El último cuplé, y que esa película se convierta durante no sé cuántos años en la más taquillera del cine español.

Y luego obviamente, como crecí con la Sara de los 90, a mí me gusta mucho cuando llega el momento “marvelous”, que ya es en los 2000. Y que, de pronto, MTV, que era lo más moderno, tuvieran a Sara Montiel de imagen de los MTV Europe Music Awards me parecía como lo más.

Ese momento, cada vez salía el anuncio, es que flipaba. Y es una vez más el sentido del humor de Sara Montiel, con las vendas, con riéndose del personaje. Ese momento en realidad no es nada, con todo lo que es la carrera de Sara, pero para mí, para nuestra generación, el momento de Sara en MTV es lo que es El último cuplé para la gente de los años 50.