Montaje sobre la cesta de la compra

Montaje sobre la cesta de la compra EE:Arte

Distribución

Los salarios suben un 17% desde que Sánchez llegó a Moncloa mientras la cesta de la compra se encarece un 43%

El aceite de oliva se ha encarecido un 62%, los huevos un 58% y la leche un 50% en seis años.

Más información: El precio de los alimentos se dispara un 72% en las últimas dos décadas, diez veces más que la riqueza de los españoles

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Llenar la cesta de la compra se ha convertido desde hace algunos años en un quebradero de cabeza para muchos ciudadanos.

Basta con mirar lo ocurrido en los últimos años desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa. Si cogemos desde marzo de 2019, como primer trimestre del que fue primer ejercicio completo de Gobierno, y hasta 2025, nos encontramos con que el precio medio de una cesta básica ha aumentado cerca de un 43%.

Sin embargo, los salarios en este tiempo han crecido una media del 16,8%; lo que deja ver claramente la pérdida de poder adquisitivo sufrida por los ciudadanos.

Por hacernos una idea, el aceite de oliva ha llegado a dispararse un 62%. Los huevos han subido un 58,6%, las frutas frescas un 54,65%, la leche un 50%, las patatas un 46,7%, el azúcar un 45,5%, el arroz un 43,3%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) extraídos por EL ESPAÑOL-Invertia para confeccionar una cesta básica de la compra.

Por debajo de éstos, se sitúan otros como café (39,8%), legumbres (38,9%), pastas (38,3%), sal (38,1%), queso (un 37%) o pan (26,2%).

Y aunque el precio de los alimentos se ha moderado bastante, las subidas a las que hemos asistido en los últimos años han dejado muy tocado el bolsillo del consumidor.

Hay que tener en cuenta que en este periodo de seis años han pasado muchas cosas que han sido difíciles de digerir.

“Ha habido muchos factores que han incidido muy negativamente en el precio de los alimentos”, señala Mariano Íñigo, profesor de EAE Business School a este periódico.

Entre estos factores, destaca la guerra de Ucrania que disparó el precio del petróleo y, por tanto, del transporte necesario en sectores como la pesca, entre otros.

Además, “la sequía en España también redujo la cantidad de cereales y, a su vez, se podía importar menos cereales de Ucrania, que era el gran granero de Europa”, detalla el experto. Una cadena que también afectó negativamente en el pienso para alimentar animales.

El profesor añade a esta tormenta perfecta los aspectos normativos que hacen que “ser ganadero sea un acto heroico”, la situación económica de otros países o la gripe aviar en EEUU.

Estas variables llevaron a elevar el precio de los alimentos a tasas históricas como la del 16,6% registrada en febrero de 2023.

Fruto de ello, el Gobierno puso en marcha una de sus medidas estrella para paliar los efectos de la guerra en Ucrania.

El 1 de enero de 2023 eliminó el IVA de productos básicos como el pan o la leche y bajó del 10 al 5% el IVA del aceite y la pasta.

Inicialmente iba a durar seis meses, pero se fue prorrogando hasta desaparecer definitivamente a finales de 2024.

La medida enfrentó al Gobierno de coalición. Mientras el PSOE alardeaba de ella, desde Sumar reclamaban más control de los precios sobre el margen de beneficio de las cadenas de supermercados.

Y éstas, a su vez, celebraban esta medida a sabiendas de que no resolvería el problema al 100% y sólo era de carácter temporal.

Pero una parte del sector estalló al dejar fuera de la rebaja del IVA al pescado y la carne, dos productos considerados básicos y cuyo consumo se hundió en estos años.

No obstante, su precio no ha crecido tanto como el de otros alimentos en estos seis años. Comprar pescado en 2025 es un 37% más caro que en 2019, mientras que el importe de la carne de vacuno ha crecido un 43,7%, la de cerdo un 40,2% y el pollo un 29,5%.

Los salarios crecen menos

Si bien es cierto, en 2025 ya asistimos a una moderación del precio de los alimentos. En concreto, en abril este indicador recortó cuatro décimas su tasa interanual, hasta el 2%. La caída de los costes de producción como la energía, transporte y materias primas ayudaron a esta atenuación en los precios.

No obstante, el consumidor sigue percibiendo que llenar su carrito de la compra es muy caro. ¿Por qué? Porque aquí, en opinión del experto, se da un fenómeno doble.

“Los precios no han bajado al nivel que tendrían que bajar para ser homologables con los de 2019 y la renta disponible tampoco se ha recuperado”, señala.

Hay una caída del poder adquisitivo de los españoles porque la subida de los salarios no ha ido acorde con la de la cesta de la compra.

El interior de un supermercado, en una imagen de Shutterstock.

El interior de un supermercado, en una imagen de Shutterstock.

Entre 2018 y 2023 (último dato actualizado por el INE), los sueldos de los ciudadanos han crecido una media de 16,8%.

Y el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha ido aumentando con Yolanda Díaz como ministra de Trabajo. Con la subida acordada para 2025, el SMI se incrementó en un 61% desde 2018, pasando de los 736 euros a 1.381 euros.

¿Bajarán los precios?

Además, se da otro fenómeno. Mariano Íñigo distingue entre el precio de los productos y la percepción que tenemos de dichos precios con respecto a nuestros ingresos.

Es decir, el consumidor está acostumbrado a tener cubiertas las necesidades de alimentación sin realizar grandes desembolsos.

“Destinamos más parte de nuestra renta a estar suscritos a canales de televisión que a alimentación y cuando eso no es así, nos perturba porque no estamos acostumbrados”, señala.

De ahí que a un usuario no le importe pasar de pagar 600 euros a 1.000 euros por un teléfono móvil y, sin embargo, ponga el grito en el cielo cuando el aceite de oliva sube de 4 a 7 euros.

Llegados a este punto, cabe preguntarse cuándo se equilibrará la balanza. Según el experto, “es muy difícil que los precios de los alimentos lleguen a los niveles anteriores”.