
Javier Gándara, presidente de ALA.
Gándara (ALA), a favor de subir las horas para indemnizar por retraso: "El viajero quiere llegar al destino, no que le compensen"
Europa debate aumentar las horas para indemnizar desde las tres hasta las cinco, nueve o incluso doce, en función de la distancia del trayecto aéreo.
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El consejo de transporte de la UE que se celebrará en Luxemburgo el próximo 5 de junio debatirá y votará elevar el umbral de tiempo de lo que se considera retraso de un vuelo a la hora de recibir una compensación económica fijado en la normativa EU261. Una vieja discusión que divide a asociaciones de pasajeros y aerolíneas.
En España, la patronal aérea habla por primera vez y defiende esta medida. El presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, es claro: “Los viajeros quieren llegar a su destino, no que les compensen”.
En concreto, hay varias propuestas sobre la mesa. La principal (desde 2013) contempla pasar del umbral actual de tres horas a cinco horas para los vuelos de corta distancia, nueve horas para los de media distancia y hasta doce horas para los vuelos más largos.
Y luego está la propuesta polaca. Bajo su presidencia en el Consejo de la UE ha ofrecido una solución alternativa al no haber consenso entre los países miembros.
Su idea se basa en simplificar los umbrales a dos: compensación a partir de cinco horas (para vuelos iguales o inferiores a 3.500 km) o de nueve horas (más de 3.500 km). Con esta medida, sólo un 25% de los usuarios estarían protegidos.

Pasajeros esperan en los mostradores de facturación de su aerolínea en Barajas. Europa Press
Las aerolíneas defienden la primera propuesta, aunque no rechazan la segunda. En declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia, Gándara cree que pasar de tres a cinco horas el umbral para comenzar a indemnizar por retraso u overbooking permite a las aerolíneas tener dos horas más de margen para “no tener que cancelar vuelos y que el avión de reserva llegue”.
Así, estiman que el 70% de los vuelos cancelados podría salvarse con cambios en la legislación sobre los derechos de los pasajeros.
Por tanto, las aerolíneas defienden que la ampliación de los llamados umbrales de retraso dará a las aerolíneas más tiempo para mover aviones y tripulaciones por toda Europa y así salvar los horarios de vuelo. “Con esas tres horas ahora es insuficiente”, denuncia Gándara.
Si estas normas se hubieran implementado en 2024, se habrían visto al menos 10 millones más de pasajeros llegando a su destino, calculan desde la patronal europea de aerolíneas Airlines4Europe (A4E).
Consumidores en contra
Desde las asociaciones de consumidores CECU y Asufin consideran que “los derechos de los pasajeros deben mejorarse, defenderse y ser fáciles de ejercer, pero en ningún caso reducirse, como nos tememos”.
De hecho, desde hace meses este tema les genera incertidumbre y preocupación. Y así se lo han hecho saber por carta a los ministros de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, y de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy.
Por su parte, Facua se opone frontalmente a esta modificación al considerarla una grave merma de los derechos de los pasajeros.
La asociación apuesta por introducir una modificación que obligue a las aerolíneas a tener que pagar automáticamente las compensaciones sin necesidad de que el afectado deba reclamarlas, planteando sanciones para las compañías en caso contrario.
Las agencias de reclamaciones, por su parte, también hacen lobby en contra de esta propuesta.
“Aumentar los umbrales de retraso a cinco, nueve y doce horas dejaría al 85% de los pasajeros afectados sin protección (87% en el caso de España), limitando injustamente el acceso a compensaciones”, señala a este periódico el CEO de Flightright, Jan-Frederik Arnold.
Posturas de los países
Si bien es cierto, a nivel político el debate siempre ha ido despacio, ya que la primera vez que se habló de esta reforma fue en 2013, año en el que la Comisión Europea abrió el melón para actualizar estos umbrales.
Sin embargo, se ha ido guardando en un cajón y sólo algunos países la han rescatado. En 2019 lo hizo Finlandia y en 2020 Croacia. En ningún caso hubo grandes avances.
Ahora, la presión de Polonia parece que es mayor. Y no está sola. Dinamarca e Irlanda están a favor de extender estos umbrales de tiempo. Alemania, pese a tener mucho peso en el Consejo, no ha adoptado aún una posición clara, según fuentes cercanas.
Enfrente estaría España, que lidera el rechazo a la reforma del reglamento. De hecho, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ya ha alzado la voz contra esta propuesta.
Los derechos de los pasajeros aéreos están en juego. El Consejo de la UE está discutiendo propuestas como acabar con la gratuidad del equipaje de mano o reducir el derecho a reclamar los retrasos de las aerolíneas. Hoy lo hemos conseguido frenar, pero volverán a intentarlo la próxima semana
— Pablo Bustinduy (@pbustinduy.bsky.social) 28 de mayo de 2025, 20:51
“Es inaceptable cualquier cambio y menos pasar de las tres horas que dan derecho a reclamación actualmente a las cinco horas que están proponiendo”, dijo hace una semana en redes sociales.
Francia e Italia también se oponen, aunque con una postura menos firme y podrían estar abiertas a ceder en este punto. Del resto de países no se sabe nada.
La votación del próximo 5 de junio podría zanjar este debate. Si se aprueba la propuesta luego irá al Parlamento Europeo y podría ver la luz en unos meses, detalla Gándara.
Pero también existe la posibilidad de que no haya acuerdo al no haber consenso. En este caso, seguiría abierto el debate y pasaría a ser la presidencia danesa la que intentara volver a modificar la normativa EU261.
Normativa actual
Actualmente, la normativa establece compensaciones económicas por retrasos a partir de las tres horas de vuelos y en función de la distancia: 250 euros para vuelos de hasta 1.500 km, 400 euros para vuelos de 1.500 y 3.500 kilómetros y 600 euros para los de más de 3.500 km (y más de cuatro horas de retraso).
Aunque hay excepciones, como condiciones meteorológicas extremas, restricciones del control del tráfico aéreo, huelgas (en las que no esté implicado el personal de la aerolínea) e inestabilidad política.
Esta normativa también otorga una serie de derechos cuando se produce la cancelación de un vuelo o hay retrasos superiores a tres horas, tales como la comida y bebida proporcional al tiempo de espera o alojamiento y transporte si tienes que pasar la noche, entre otras.