Arréglate que nos vamos con Marina Rivers
"Soy influencer, pero estudio dos carreras": la doble vida de Marina Rivers, la 'tiktoker' viral que sueña con dirigir un bufete
La creadora de contenido se sienta ante el micro de 'Arréglate que nos vamos' para reflexionar sobre las redes, las preocupaciones de los jóvenes y su futuro.
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Marina Rivers (Madrid, 2002) lleva años en el escaparate público con millones de seguidores, pero todavía hay algo que le da un poco de vergüenza: decir que es influencer: “Es un poco peyorativo. La gente lo ve como algo malo. Pero somos personas que decimos lo que nos da la gana. Eso es entretenimiento, y a veces lo necesitamos”.
Así lo cuenta en el último episodio de Arréglate que nos vamos, el pódcast que presentan Cruz Sánchez de Lara, vicepresidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL y editora de Magas y ENCLAVE ODS; y Charo Izquierdo, directora de ENCLAVE ODS. En él, la creadora de contenido (@_riverss_ en redes) demostró que lo suyo va mucho más allá de TikTok.
A sus 22 años, la joven estudia un doble grado en Derecho y Economía, ha escrito un libro, ha participado en MasterChef Celebrity y en La Velada del Año, y, por si fuera poco, se ha convertido en una voz joven con criterio en el programa Todo es mentira.
“He descubierto dos Marinas: la Marina de la comunicación, de la televisión, que me encanta; y la Marina del Derecho y la Economía. He diversificado y me he sacado la carrera de redes sociales, que también está bien", ríe.
“No hay fórmula mágica”
Cuando le preguntan cómo consiguió millones de seguidores sin invertir un euro en publicidad, la respuesta es simple: “He tenido mucha perseverancia. Cuando empecé en esto, subía a lo mejor 20 vídeos al día. Al final la gente, por pesada, me seguía”.

La 'influencer' Marina Rivers, en 'Arréglate que nos vamos'.
Habla de perseverancia, del algoritmo, y de cómo todo tiene algo de azar. “Lo consigue quien lo hace sin querer. Cuando vas con el objetivo de ser influencer, cuesta más. Pero si lo haces porque te gusta de verdad la comunicación, el audiovisual, de repente te encuentras con que te dedicas a esto”.
Se apellida Rivera Saldaña, y de ahí sale su nombre artístico. Está en quinto curso. Le quedan un par de asignaturas y los dos trabajos de fin de grado. Lo compagina como puede. Aun así, el compromiso con los libros lo tiene claro.
“Estudiar no te asegura un futuro digno, pero sí te ayuda a entender el mundo. Para mí, la ignorancia es la peor condena. La formación sirve mucho más que para el éxito profesional, tiene que ver con el personal, con progresar y comprender lo que te rodea", asegura en el programa.
A pesar del amor que profesa por el Derecho, la creadora de contenido confiesa cierto temor al futuro profesional: “Me da miedo que no me tomen en serio. Tengo una huella digital importante de haber hecho el tonto en internet”. Su sueño, dice, es abrir un bufete de abogados. Y de paso, demostrar que se puede ser una influencer con toga.
Cuando habla de éxito, Marina Rivers no lo mide en likes. “Éxito es dedicarte a aquello que te gusta, y estar rodeada de buena gente que se alegra por ti. Trabajar de algo que te desilusiona todos los días, para mí sí que sería un fracaso”.
Y del fracaso, habla sin tapujos. “Para mí es sinónimo de no cumplir mis expectativas. Yo era matrícula de honor, primera de la clase. Pasar de eso a sacar sietes o suspender alguna asignatura me hizo sentir estúpida. Pero he aprendido que a veces no se puede llegar a todo, y no pasa nada. Estoy en un momento que solo voy a poder vivir ahora”, reflexiona.
En La Velada del Año, vivió una experiencia que nunca imaginó. Dio el primer puñetazo de su vida y llenó un estadio con 65.000 personas: “Muchos deportistas de élite no lo consiguen, y a mí, que no soy nadie, me dieron esa oportunidad. Me gustó y aprendí un montón junto a Joana Pastrana, mi entrenadora, que fue campeona de Europa varias veces. El boxeo es un deporte muy noble”.
“He aprendido a reírme de mí misma”
Con los haters, lo tiene claro: “Lo peor que me han dicho, ya me lo he dicho yo antes. Entonces ya no me duele. Cuando haces las paces contigo misma, dices, what the fuck me va a importar lo que me diga a mí este señor de Albacete, que no me conoce de nada".
En su día a día, Marina agradece hasta los comentarios sarcásticos. “Nunca he bloqueado a nadie. Que me sigan todos. Likes, contenido, impactos, dinero… me viene fenomenal”.

Cruz Sánchez de Lara y Charo Izquierdo, junto a Marina Rivers en el episodio de esta semana.
En sus vídeos hay espacio para el humor, pero también para la reflexión: “Yo siempre he sido muy revolucionaria. Me apunté a Derecho porque cambia vidas. Me encantaría que los vídeos que hago ayudaran a la gente a pensar, no a pensar como yo, sino a que se cuestionaran las cosas". Ojalá, dice, fuera ese su superpoder.
Ahora también colabora en televisión, como tertuliana, opinando sobre política y actualidad. Los jóvenes queremos tener espacio, y, gracias a las redes, estamos consiguiendo tener sitio en las mesas”.
Cuando se mira al espejo, Marina Rivers ve un cambio profundo: “Yo era tímida, empollona, no tenía amigos. Pero cuando empecé a confiar en mí misma, exploté. Por eso me gustan tanto las mariposas. Me identifico con ese momento de metamorfosis. Todos tenemos uno cuando empezamos a querernos”.