Christine Lagarde, presidenta del BCE, durante una rueda de prensa tras celebrar una reunión del Consejo de Gobierno en la sede de la institución.

Christine Lagarde, presidenta del BCE, durante una rueda de prensa tras celebrar una reunión del Consejo de Gobierno en la sede de la institución. Kai Pfaffenbach Reuters Fráncfort (Alemania)

Banca

El BCE reconoce que el euro digital implicará costes y capital para la banca pero elude cuantificar el impacto

Las autoridades aún no han decidido si lo lanzarán y trabajan en las que serían sus normas de funcionamiento.

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Las autoridades europeas siguen trabajando en la futura implementación del euro digital. Un proyecto que aportará mayores métodos de pago a los consumidores de la zona euro, pero que implicará mayores costes para los bancos.

Así lo reconoce Claudia Buch, jefa del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), en una carta remitida al Parlamento Europeo, en la cual da respuesta a una consulta efectuada por un eurodiputado holandés.

Las autoridades europeas están trabajando actualmente en la fase de preparación para el euro digital, que se inició en noviembre de 2023 y culminará a finales de este año. El objetivo ahora es construir las bases técnicas, regulatorias y operativas.

Entre otros aspectos, durante esta fase se están elaborando prototipos, desarrollando las normas de funcionamiento (el conocido como rulebook), seleccionando los proveedores tecnológicos y recogiendo opiniones.

Esta fase llega tras haber pasado por una investigación previa. La decisión sobre el lanzamiento del euro digital aún no se ha producido, si bien todo apunta a que se pondrá en marcha como herramienta de soberanía estratégica.

Costes para los bancos

En la adopción del euro digital serán clave los bancos y las plataformas de pago, que deberán aumentar sus inversiones en digitalización. Esto incrementará sus costes, pese a lo cual las entidades serán compensadas.

Los proveedores de los servicios de pago tendrán que realizar una inversión inicial para "ser capaces de distribuir el euro digital", explica Buch en su carta. Pero se trabaja para que sea un gasto eficiente. Por ejemplo, utilizando infraestructuras ya existentes.

"La necesidad de inversión en la transformación digital varía de banco a banco, dependiendo de su modelo de negocio, su tamaño y su infraestructura tecnológica previa", valora la jefa de Supervisión del BCE.

Pero tendrá impacto tanto en costes como en capital. "La Supervisión Bancaria del BCE ha llevado a cabo un ejercicio específico de recopilación de datos y su análisis incorpora, entre otras cosas, los efectos sobre los requisitos regulatorios prudenciales de los bancos, como los efectos sobre los ratios de cobertura de liquidez y los ratios de financiación estable neta", explica Buch.

No obstante, cree que la solidez del sector bancario europeo, debido a su fuerte rentabilidad y a sus ratios de capital y liquidez, permite al sector estar en una "buena posición" para realizar las inversiones necesarias.

Una inversión que se compensa con el potencial del euro digital de recortar costes operativos al aumentar la competencia del sistema financiero europeo en el mercado de pagos.

Compensaciones

De hecho, el borrador de propuesta legislativa planteado por la Comisión Europea hace casi dos años recoge un modelo de compensación para ofrecer incentivos financieros a las entidades. Los clientes, lógicamente, lo usarían gratuitamente.

El BCE está a favor de que las plataformas de pago reciban una remuneración por los servicios que ofrecerán al actuar como intermediarios entre los usuarios y los comercios.

Y no sólo eso. El Eurosistema -es decir, el BCE junto a los bancos centrales de la zona euro-, según revela Buch, será el que asuma los costes de liquidación y procesamiento, de forma que se reducirá el gasto operativo de los proveedores de pago.

Además, "los bancos podrían beneficiarse del euro digital si desarrollan modelos de negocio alrededor. Estarán en el centro de la distribución del euro digital y seguirían siendo contrapartes centrales para los clientes".

Igualmente, las plataformas de pago podrán "aumentar su base de clientes" al contar con un método de pago unificado en la zona euro desarrollado por el BCE.

Pese a todo, Buch rechaza anticipar en qué costes incurrirá la banca, pues el impacto depende de varios parámetros, así como de la evolución del mercado de servicios de pago. "No es posible estimar exactamente el impacto del euro digital en términos cuantitativos", afirma.

"Sin embargo, el diseño que se está debatiendo tiene la meta de garantizar que el euro digital no afectará negativamente al sector bancario, sino que ofrecerá nuevas oportunidades para proveer de servicios financieros digitales", añade en su carta.

Por el momento, las normas por las que se guiará el proyecto del euro digital no están decididas. En primer lugar, las autoridades deben fijar su funcionamiento y tomar la decisión de lanzarlo. Después, los legisladores y el BCE crearán su regulación.

La Comisión Europea planteó una propuesta legislativa en junio de 2023, concretamente sobre un reglamento para establecer el marco jurídico del euro digital, y ese será el punto de partida.