
No quiere mostrar el rostro por miedo a represalias.
Un vecino de Madrid no se calla y estalla ante la realidad que se vive en Vallecas: "Es un trasiego continuo de yonkis"
Un residente del edificio afectado por el narcotráfico en Entrevías ha confesado cómo es vivir rodeado de drogas a todas horas del día.
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En el barrio de Vallecas la desesperación ha dado paso a la indignación. Y es que en el número 32 de la calle Imagen, los vecinos han decidido alzar la voz ante una situación que, según denuncian, lleva meses enquistada.
La presencia de narcopisos, okupas y toxicómanos por todos los pasillos del edificio ha convertido el día a día de estos vecinos en una auténtica pesadilla.
Todo parecía mejorar hace apenas tres meses, cuando una operación policial desmanteló uno de los principales puntos de venta de droga del edificio. Los agentes detuvieron a una mujer y a su hijo, con el objetivo de poner fin a esta situación. Sin embargo, los vecinos aseguran que esto no ha acabado.

Los vecinos están hartos de la situación.
Según relatan con el rostro cubierto ante las cámaras de Telemadrid, no es que haya vuelto el tráfico de drogas a los pasillos de su "corrala", sino que ahora se ha extendido a otros pisos del mismo bloque.
"Tenemos otro narcopiso en la primera planta y es un trasiego continuo de yonkis para arriba y para abajo", asegura uno de ellos, ocultando su identidad por miedo.
Un sentimiento compartido por muchos de los residentes, quienes aseguran que "tenemos mucho miedo, pero también tenemos mucha indignación".
Según aclara otra vecina, que también se atreve a hablar, "lo que queremos es nuestro derecho a poder vivir en nuestras casas, el derecho a vivir honradamente" y es que confiesa que "si no nos ayudan, nos tendremos que marchar nosotros".
Una situación que se agrava con la pasividad, dicen, de las inmobiliarias propietarias de algunas de las viviendas perjudicadas. "Uno de los pisos está okupado, otro pertenece a una inmobiliaria que no hace nada pese a las denuncias", señalan.
La indiganción de los vecinos crece por momentos. La mayoría lamentan el estado en el que tienen que vivir a día de hoy ya que tal y como detallan, antes el edificio rebosaba por todas partes de vida familiar.

Los narcos siguen residiendo en el edificio.
"Lo bonito de la corrala eran los niños jugando por los pasillos, y eso se acabó... porque ahora en los pasillos te puedes encontrar a gente durmiendo, gente rarísima, que da miedo", lamenta el vecino.
Ahora los robos, peleas, amenazas y el miedo a salir o entrar del portal son parte de la rutina de estos residentes. "Sales a las ocho de la mañana y te los encuentras en el portal. Son zombies. Te los encuentras por la noche y pasa igual", describe este vecino.
Y es que incluso tareas tan cotidianas como tender la ropa se han vuelto más que complicadas: "Nosotros nos vamos a trabajar y tenemos que retirar la ropa de los tendederos porque la roban. ¿Qué tipo de persona roba ropa usada? Pues estos perfiles de personas con problemas de drogadicción".
Los vecinos ya están desesperados. Confiesan que además "pueden ser agresivos" y "que se han visto aquí trifulcas". Hablan incluso "de gente peleándose, gente portando una herramienta para golpear a otra. Yo he visto cuchillos por aquí".
Mientras tanto la comunidad invierte lo poco que tiene en reparar daños y reforzar la seguridad, a pesar de que la frustración no para de crecer: “Nos cuesta muchísimo levantar todo esto. Ese es el premio por ser trabajador y honrado”.
Los vecinos aseguran que "nos gastamos dinero en arreglar las cosas, dinero que la comunidad no tiene, para que a los dos días esté roto, todo deshecho". Por lo que no piden milagros, solo vivir con dignidad.
Los afectados reclaman a las autoridades una solución real con mayor vigilancia, medidas contra la ocupación ilegal y una intervención más contundente contra los narcopisos que continúan deteriorando la zona.