Santos Cerdán con Pedro Sánchez.

Santos Cerdán con Pedro Sánchez. Europa Press

Tribunas

Sánchez quiere demostrar que no ha robado el coche haciéndole una ITV

La vida ha llevado a Sánchez a la extraña circunstancia de que sus amigos y sus familiares directos estén investigados o procesados por la justicia y él se mantenga indemne, limpio, atento sólo a sus cosas, que son las cosas de todos.

Publicada

Santos Cerdán era secretario de Organización del PSOE por partida doble porque, de paso que organizaba el partido, organizaba también una red de mordidas.

Pero Pedro Sánchez no se enteró de nada hasta que apareció el informe de la UCO.

Ya verás cuando se entere de que Gallardo se ha aforado en Extremadura, de que el fiscal general del Estado está procesado y de que su esposa está investigada por tráfico de influencias, corrupción política, apropiación indebida e intrusismo profesional, sin contar lo de su hermano.

Sólo con las imputaciones de los familiares y amigos de Sánchez se puede hacer una guirnalda para el árbol de Navidad.

Cuando se entere de todo esto, aparecerá en televisión para suscitar la lástima que merece su decepción. Porque es Sánchez un hombre muy metido en la labor de gobierno, atento a la política internacional, y apenas tiene tiempo de leer la prensa, comentar asuntos generales o prestar atención a pequeñas cosas.

Pero el día que se entere de todo, se va a desilusionar del mundo, de la vida y de sí mismo.

Ya nos dijo que era un hombre profundamente enamorado, lo que le obligó a una parálisis de cinco días para escuchar el rumor de las reacciones a esa confesión valiente.

Ahora nos dice que está profundamente decepcionado.

Todo son emociones profundas en este hombre.

Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Pedro Sánchez, en una ejecutiva del PSOE en 2019.

Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Pedro Sánchez, en una ejecutiva del PSOE en 2019. Europa Press

Su amigo, su compañero de Peugeot, parece estar hundido en la corrupción. Pero no Cerdán solamente, sino todos los compañeros del Peugeot: Ábalos, Koldo y el propio Cerdán. Un trío con el que convivió Sánchez viajando por toda España, haciéndose fotos y sin enterarse de nada.

Es posible que su aislamiento del ambiente externo sea la causa de que sólo él, en ese cuarteto del automóvil, sea un hombre íntegro. Él sabe muy bien que dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición.

Pero no es así con cuatro que viajan en el mismo Peugeot.

Porque si tres de los cuatro amigos viajeros pueden ser presuntos delincuentes, el cuarto puede ser perfectamente presidente del Gobierno. Cuántas veces Sánchez ha alabado las virtudes de la diversidad.

El reducido espacio interior de un coche puede dar una falsa idea de intimidad, sobre todo si se viaja por toda España pueblo a pueblo para presentar una misma forma de hacer política en la que los cuatro estaban de acuerdo (no parece lógico que cada uno predicara filosofías políticas distintas durante aquellos paseos).

Vamos a dar una oportunidad a la paz, al diálogo y a la negociación. Si eso fracasara veremos qué hay que hacer

José Manuel García-Margallo, Ministro de exteriores

Pero esa idea de intimidad que proporciona el reducido espacio de un Peugeot lleno de amigos que comparten ideario es falsa, porque luego la realidad viene a decirnos que mientras tres de ellos van a juicio por cometer delitos (presuntamente), el cuarto puede muy bien ser sólo un hombre enamorado que se decepciona cuando se entera de que sus compañeros eran una banda de corruptos.

Es Sánchez un hombre que se entera de esto más bien tarde, ocupado en sus cosas.

La vida ha llevado a Sánchez a la extraña circunstancia de que sus amigos y sus familiares directos estén investigados o procesados por la justicia y él se mantenga indemne, limpio, atento sólo a sus cosas, que son las cosas de todos.

El mundo es caprichoso.

Porque igual que él está limpio en mitad de tantas sospechas, podría ser al revés y que él fuera el más sospechoso de todos.

Y eso porque Sánchez no es el esposo de Begoña, sino que Begoña es la esposa del presidente, así como no es tampoco el hermano de un músico, sino que el músico es el hermano del presidente, ni tampoco es el subordinado de Ábalos y Cerdán, sino que él mismo los nombró a ellos y, en realidad, era quien conducía el Peugeot, un coche que era suyo.

Conducir un vehículo con tres presuntos delincuentes dentro puede dar la impresión de que se pertenece a la misma banda. Es decir, que si la policía persigue a los tres y detiene el coche, a disposición judicial van todos, de momento. Y luego ya quien esté limpio que dé las explicaciones que correspondan.

Pero dudo mucho que se puedan explicar algunas cosas diciendo que se va a hacer una auditoría. Es decir, que para demostrar que el coche no es robado, no sirve hacerle una ITV al vehículo.

*** Juan Carlos Arce es ex letrado del Tribunal Supremo y del CGPJ y académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.