Julián con sus ovejas en la explotación ganadera

Julián con sus ovejas en la explotación ganadera Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

El campo

El drama de Julián, ganadero en un pueblo de CyL: "He pasado noches en vela para que los lobos no mataran a mis ovejas"

El burgalés, de 63 años, ha tenido que vender parte de las cabezas de su explotación debido a los ataques, sobre todo el último año.

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En la comarca de Montes de Oca, al sur de la Sierra de la Demanda y en la provincia de Burgos, nos encontramos con Garganchón, localidad del municipio de Pradoluengo. Está bañado por el Urbión, y a la sombra de los montes que se van haciendo cada vez más estrechos hacia Belorado.

Destaca el bosque del pueblo. Uno de los mejor conservados y de los más variados de todo Burgos. Dista 46 kilómetros de la capital burgalesa, se encuentra a 914 metros de altitud y cuenta con unos pocos habitantes.

La villa se encuentra enmarcada en un bonito entorno natural limitando con los municipios de Villagalijo, Pradoluengo, Sana Cruz del Valle de Urbión, Rábanos y Valmala. Sus casas destacan por estar construidas al más puro estilo serrana popular.

Allí tiene su explotación de ganado de ovino Julián Puras, que nació en el lugar y que lleva viviendo sus 63 primaveras en el lugar y está orgulloso de ello, se nota, en la conversación que mantiene con EL ESPAÑOL de Castilla y León.

Él es uno de los ganaderos que han sufrido, sobre todo en los últimos años y como confiesa, la “pesadilla de los ataques de lobo”. Esto le ha hecho pasar de contar con unas 1.000 cabezas de ganado a 300. Las ha tenido que vender por el miedo a que este animal acabara con más de sus ovejas.

Conocemos más al detalle la historia de uno de los centenares de ganaderos que sufren, de continuo, este problema.

Noches en vela para evitar los ataques de lobo

“Me defino como una persona trabajadora que intenta sacar, cada día, su explotación ganadera en Garganchón adelante. Estoy casi las 24 horas aquí y he pasado muchas noches en vela para que los lobos no mataran a mis ovejas”, asegura el ganadero.

Era el pasado 11 de marzo cuando el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León presentaba un informe con los daños a la ganadería causados por el lobo en 2024 y hablaba de un “crecimiento desmesurado”.

Julián con sus ovejas en la explotación ganadera de Garganchón

Julián con sus ovejas en la explotación ganadera de Garganchón Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Quiñones apuntaba que la Comunidad había registrado un total de 3.973 ataques de lobo en 2024, con un incremento del 11% con respecto al 2023 y del 47% si nos fijamos en las estadísticas del año 2021, fecha en la que se prohibió la caza del animal al norte del Duero.

El consejero aseguraba que en el pasado año se registraron un total de 5.985 cabezas de ganado muertas por dichos ataques, un incremento del 8% con respecto a las 5.567 de 2023.

De esto sabe mucho nuestro entrevistado, que lo ha vivido en sus propias carnes. 

“Cien ovejas muertas” en un año

“Llevo toda la vida en la explotación ganadera familiar. Cuando salí de la escuela, con 14 años, me dediqué en cuerpo y alma a su cuidado. Teníamos un total de 1.000 cabezas, todas de ovino, pero ahora contamos con 300. El lobo ha acabado conmigo. He tenido que vender para sacar algo de beneficio”, apunta Julián.

Nuestro entrevistado secunda las palabras del consejero y habla de “pesadilla” en lo que a los ataques de lobo se refiere. Asegura que “hace 15 y 20 años se producía alguno” pero que “ahora es habitual”.

“Hace un año empecé a sufrir ataques constantes. Perdí 100 ovejas. He tenido que vender para no perder dinero y salud. Parece que ahora hay más lobos que ovejas. Abortos y corderos muertos. He perdido mucho dinero por los ataques de lobo”, apunta.

De hecho, señala que este problema lo sufren muchos de los ganaderos de la zona.

Julián cuidando de sus ovejas

Julián cuidando de sus ovejas Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Una situación crítica

El pasado 20 de marzo, el pleno del Congreso aprobaba eliminar la protección especial de las poblaciones de lobo al norte del Duero. Medida que permitiría la caza y abre la puerta a que pueda rebajarse la protección también al sur.

Una medida que salía adelante a través de una enmienda del PP al proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio alimentario, que ha contado con el apoyo de Vox, Junts y PNV.

Esta medida, para ganaderos que sufrimos en nuestras carnes los ataques de lobo, es buena. Habrá que esperar a que se pueda hacer definitivamente y saber cómo se va a poder acabar con ellos”, añade Julián.

La situación es tan grave para él que en caso de que “continúen los ataques de lobo” tendrá que “cerrar su explotación” en algo que “le da mucha pena” porque lleva toda la vida con su explotación.

“El futuro dirá. Tendré que abrir una explotación de dinosaurios para que sean más fuertes que los lobos”, finaliza en tono irónico.