En la conducción, todos tenemos nuestras manías o costumbres adquiridas con el tiempo. Algunas de estas prácticas pueden parecer inofensivas, pero en realidad tienen efectos negativos tanto en posibles accidentes como en el rendimiento de nuestro coche.
Conocer y corregir estos hábitos es fundamental. Aunque el automóvil pueda tener muchos recursos con los que protegernos, la manera en que lo manejamos influye directamente en su rendimiento y en nuestra conducción.