
Miembros del Grupo de Solidaridad con Asia del Sur celebran una protesta por la paz en Parliament Square, en Londres (Reino Unido), el 10 de mayo de 2025. Reuters
Manifestaciones y redes al rojo vivo: la tensión entre India y Pakistán sacude a sus comunidades en Occidente
Protestas cruzadas, vigilias y llamamientos a la paz reflejan la fractura de las comunidades indias y pakistaníes en Reino Unido y Estados Unidos tras el atentado en Cachemira.
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Las tensiones entre India y Pakistán, desatadas tras el sangriento atentado en Cachemira que dejó 26 muertos, han cruzado las fronteras y encendido a las diásporas indias y pakistaníes en Reino Unido y EEUU.
Manifestaciones enfrentadas, vigilias y gestos de solidaridad han tomado las calles de Londres y Nueva York, reflejando en suelo occidental un conflicto enquistado en el subcontinente.
El último fin de semana de abril, las inmediaciones de la Alta Comisión de Pakistán en Londres fueron escenario de protestas convocadas por la comunidad india británica.
Centenares de manifestantes portaban banderas tricolor y pancartas que acusaban a Islamabad de apoyar a grupos terroristas responsables del ataque en Pahalgam: “Han creado una fábrica de terror y por eso mataron a nuestros compatriotas”, gritaban al unísono, según imágenes difundidas por la agencia ANI.
Al otro lado de la calle, un grupo de británico-pakistaníes respondía con consignas propias, ondeando banderas de Pakistán y Azad Cachemira, en una escena de tensión custodiada por un fuerte dispositivo policial.
La crispación escaló cuando, según grabaciones difundidas en redes sociales y verificadas por medios como Eastern Eye, un diplomático pakistaní fue captado realizando un gesto amenazante hacia los manifestantes indios desde el balcón de la misión diplomática, lo que provocó quejas formales de Nueva Delhi.
La tensión no terminó ahí: el domingo, otro grupo de la diáspora pakistaní y simpatizantes sij pro-Khalistán marcharon frente a la Alta Comisión de la India denunciando “la agresión militar india” tras los bombardeos de represalia.
La respuesta no tardó en llegar: británico-indios organizaron una contramanifestación, portando banderas y coreando “Vande Mataram” en defensa de su país.
En medio de las protestas, un incidente aislado elevó la alarma: un hombre de 41 años fue arrestado tras vandalizar la fachada de la Alta Comisión de Pakistán, supuestamente rompiendo ventanas con un objeto contundente. La policía investiga el acto como posible motivación ultranacionalista, según reportó la BBC.
Sin embargo, no todo fue confrontación. Esa misma noche, la organización Insight UK y otras asociaciones indias realizaron una vigilia en Piccadilly Circus, donde decenas de personas encendieron velas en memoria de las víctimas.
El acto, replicado en Manchester, Edimburgo y Belfast bajo el lema “All Eyes on Pahalgam”, clamó justicia y pidió a las autoridades británicas una condena más firme contra el terrorismo. Los eventos fueron registrados en redes sociales de Insight UK y en medios como India Weekly.
Lahore shaken! A direct strike on Pakistan’s heart — explosions rock the city.#LahoreBlast #PakistanUnderAttack #BreakingNews #IndiaStrikesBack #OperationSindoor” pic.twitter.com/WRdhiUXZMo
— Journalist Namita Sharma (@NamitaSharmaSV) May 8, 2025
Estas movilizaciones reflejan cómo las tensiones geopolíticas del sur de Asia se trasladan a las calles de Reino Unido, donde viven cerca de 1.9 millones de británicos de origen indio y alrededor de 1.6 millones de origen pakistaní, según datos del Office for National Statistics.
En barrios como Southall o East Ham, las comunidades conviven desde hace décadas, pero la escalada actual despierta viejas heridas y activa redes de apoyo identitarias: “Siempre hemos tratado de mantener la unidad aquí, pero estos eventos traen recuerdos de otras crisis. Tenemos que hablar mucho con nuestros jóvenes para que no caigan en la polarización”, reconocía un líder comunitario en declaraciones a Eastern Eye.
El Consejo Musulmán de Gran Bretaña (MCB) ha expresado su preocupación por el impacto emocional que esta crisis ha provocado en las comunidades británicas de origen indio y pakistaní.
Maswood Ahmed, secretario general adjunto del MCB, reconoció las “emociones intensificadas” y subrayó la importancia de mantener la paz y la unidad: “El MCB se ha comprometido a colaborar con las autoridades, las instituciones religiosas y ambas comunidades -la india y la pakistaní- para garantizar que las calles del Reino Unido permanezcan en calma”, declaró en respuesta a EL ESPAÑOL.
En respuesta a la escalada, también han surgido esfuerzos de cooperación interreligiosa: en Gales, el Consejo Musulmán de Gales trabajó junto al Consejo Hindú de Gales, mientras que en Birmingham y Leicester se registraron acciones similares.
Aunque ha habido protestas y manifestaciones públicas, el MCB aclara que no se han producido incidentes graves ni disturbios, y ha instado a “construir puentes” y trabajar por una “paz justa y duradera”.
Al otro lado del Atlántico, en Nueva York, la diáspora india también se movilizó. Frente al consulado de Pakistán, se concentraron bajo una pancarta que rezaba “Hindu Lives Matter”, exigiendo visibilidad mediática para las víctimas de Pahalgam, como documentaron India Today y la FIA.
El acto contó con la participación de líderes religiosos hindúes, judíos y musulmanes bohras, que oraron juntos en un gesto interconfesional por las víctimas.
En Chicago, unas 600 personas marcharon por el centro coreando “Stop Terrorism” y “Justice for Kashmir Victims”, según reportes difundidos por la Federation of Indian Associations (FIA).
Houston, Washington DC y San Francisco también registraron concentraciones pacíficas. A diferencia de Londres, en EEUU no se han reportado choques directos entre grupos indios y pakistaníes, lo que expertos atribuyen a su dispersión geográfica y a dinámicas comunitarias más integradas, según análisis del Pew Research Center.
“En Nueva York convivimos pacíficamente; no podemos dejar que los conflictos de allá dividan nuestra vida aquí”, declaró un portavoz de la Pakistani American Association en declaraciones recogidas por NBC New York.
De hecho, en la vigilia neoyorquina participaron pakistaníes que ofrecieron condolencias a sus vecinos indios: “Vinimos como humanos, a solidarizarnos con su dolor”, explicó un ingeniero pakistaní residente en Nueva Jersey entrevistado por India Abroad.
Pero si las calles mostraron moderación, las redes sociales fueron el campo de batalla dialéctico. En X y Facebook proliferaron etiquetas enfrentadas como #JusticeForPahalgam y #IndiaStrikesBack frente a #KashmirUnderAttack y #StopWar.
Jóvenes profesionales, estudiantes y activistas debatieron con intensidad, reeditando viejas narrativas nacionales en foros públicos globales.
El MCB advierte que las redes sociales han desempeñado un papel ambivalente: han servido para movilizar apoyo y difundir mensajes, pero también para amplificar bulos y vídeos manipulados: “Han circulado imágenes falsas, como una supuesta explosión en una base india que en realidad correspondía al puerto de Beirut".
"Esto ha exacerbado las tensiones y demuestra la necesidad urgente de alfabetización mediática y un uso responsable de las plataformas digitales”, señaló la organización, citando un análisis de BBC Verify.
Desde las organizaciones comunitarias, tanto el Muslim Council of Britain como el Hindu Forum of Britain hicieron llamados a la calma: “Instamos a no dejar que los desacuerdos políticos rompan la cohesión social que hemos construido aquí”, pidió el consejo musulmán británico, recordando los disturbios de Leicester el año pasado.
La memoria de crisis pasadas también flota en estas reacciones. Desde la guerra de Kargil en 1999 hasta la crisis de Pulwama en 2019, las diásporas han vivido momentos de tensión que, sin embargo, no lograron romper del todo la convivencia.
A miles de kilómetros de Delhi e Islamabad, las comunidades indias y pakistaníes en Reino Unido y EEUU observan la escalada con ansiedad, temiendo que los lazos de amistad tejidos durante décadas puedan verse dañados por un conflicto que, aunque lejano en geografía, sigue muy presente en sus corazones.